Tengo un defecto, seguramente hereditario, de tener puntazos en momentos inoportunos, como por ejemplo que un domingo o un día de perreo se te ocurra reorganizar los potis y no tengas más cestos donde ponerlos. Pues eso fue lo que me paso. Me he propuesto firmemente acabar algunos productos que tienen más años que la "carracuca" y he decidido ponerlos en un cesto a parte para usarlos cada día y así liquidarlos.
Lo primero que pille fue una garrafa de agua de 6 litros vacía y la corte por la mitad, cogí la parte inferior y lime el borde para que no raspara.
Para que no quedara tan cutre cogí un trozo de tela que me sobró de una capa de carnaval y recorte un cuadrado lo suficientemente grande para que sobresaliera y cubriera toda la "media botella". La puse en el cesto, quedando bien pegado a las paredes, y cosí todo lo que sobre en la base de manera que no se viera.
Y este fue el resultado:
Vale, no es una obra de arte, y lo tengo que mejorar, pero para salir del paso y dar el pego un tiempo ya me va bien. Me quite la ansia del momento y me divertí un rato que eso es lo importante.
Me encantan estas ideas...es una buena manera de utilizar cosas y no será una oba de arte pero queda bien mona y para guardar el maquillaje del día, esmaltes, o simplemente chorraditas que quieras dejar recogidas...funciona la mar de bien.
ResponderEliminarUn saludo!
Esto es sacar partido a las cosas que suelen acabar en el contenedor, sí señora. Ahora a mi me ha dado por el decoupage, aprovechando cajas de cartón o plástico y forrándolo con servilletas. Buena inversión!!
ResponderEliminarKisses!!
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